miércoles, 14 de diciembre de 2011

FLOR DE PASCUA O ESTRELLA DE NAVIDAD


Existen algunas plantas que adquieren protagonismo en estas fechas y que asociamos casi intuitivamente a la Navidad. Así sucede con el muérdago, aunque su consideración como amuleto de buena suerte para el año venidero ha llevado al peligro de extinción a esta planta tan valiosa por sus propiedades medicinales. También el acebo, que se utiliza tradicionalmente en estas fiestas para decorar los hogares, es una especie protegida cuyos nutrutivos frutos son fundamentales para muchos animales del bosque. Si deseamos adquirir estas especies, en ambos casos debemos asegurarnos antes de que proceden de cultivos legales.
La planta que brilla con luz propia durante las Navidades es la Flor de Pascua o “Pulcherrima”, nombre científico que se le dió por su consideración de la más pulcra o más bella. También se la conoce por el nombre de Poinsettia, porque fue Joel Robert Poinsett quien la introdujo en Estados Unidos en 1825. Originaria de Méjico, esta planta destaca por sus brácteas en forma de hojas coloreadas de rojo o amarillo, que hacen la función de pétalos. En Europa se introdujo a finales del siglo XIX, y desde entonces se ha extendido como planta cultivada por todo el hemisferio norte, donde se ha convertido en símbolo de la Navidad. Sus flores son amarillas y diminutas, aparecen a finales de noviembre y se prolongan hasta mediados de abril, alcanzando su floración máxima en estas fechas, por lo que se la conoce como Estrella de Navidad.
Aunque puede alcanzar los 3 metros si se cultiva en exterior con clima cálido, normalmente se utiliza como planta de interior, en cuyo caso no suele alcanzar más de 80 o 90 cm.
Una vez adquirida la Flor de Pascua, debemos tener en cuenta una serie de consejos básicos para proporcionar a nuestra planta una vida prolongada. Lo ideal es una humedad del ambiente alta, evitando el calor excesivo de las calefacciones, aunque la tarea más delicada consiste en mantener un riego adecuado. Hay que evitar que la tierra se seque, pero sin encharcar la planta.
En cuanto a su emplazamiento, es aconsejable un lugar luminoso y cálido, con una temperatura ideal de 18 º C que no debe bajar de los 15º C cuando las hojas hayan caído y queramos mantenerla para el año próximo. No soporta bien el sol directo, pero un lugar oscuro hará que las hojas pierdan color. Tampoco son deseables las corrientes de aire ni los cambios de temperatura o emplazamiento.
Si aún no habéis adquirido vuestra Flor de Pascua es hora de hacerlo, debiendo elegir entre aquéllas que presenten un color rojo brillante y flores amarillas medio abiertas.

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