UN BONSÁI ES PARA SIEMPRE

Para todos los amantes de los árboles y de la cultura oriental, adquirir un bonsái constituye una elección óptima. Los bonsáis son árboles en miniatura de tradición milenaria que simbolizan la conexión entre el cielo y la tierra, y su adquisición debe ir precedida de una cierta reflexión, pues su vida puede superar los cien años. 

Para comprar uno de estos ejemplares, es recomendable hacerlo en el lugar adecuado y no en una gran superficie. De este modo podrás obtener el asesoramiento de un profesional que además podrá resolver todas las dudas que se te puedan plantear posteriormente. A la hora de escoger uno no hay que dejarse llevar únicamente por el aspecto estético, pues debes tener en cuenta que con la poda y otras técnicas podrás modificar su forma. Sí puedes fijarte en que las raíces sean visibles, en que el tronco no tenga cortes o heridas y sea más ancho en la base, y en que la planta presente un desarrollo uniforme por todas partes mostrando un aspecto sano y fresco.

Hay numerosas especies de bonsáis, cada una de las cuales requiere unos cuidados específicos. Al elegir su ubicación en el interior del hogar, procura que sea un lugar luminoso y ventilado.

La simple contemplación de nuestro bonsái nos dará satisfacción, por esa razón será mejor colocarlo a una cierta altura del suelo, y así poderlo apreciar mejor. No es menos importante la elección de una bonita maceta que permita resaltar la belleza del bonsái formando un conjunto armónico con él, siendo muy apropiados los colores suaves que combinen con la planta.

Cuando compremos una maceta o bandeja debemos tener en cuenta el tamaño y estructura definitiva que tendrá el árbol, para que éste pueda crecer adecuadamente. Para determinar el tamaño correcto, su altura debe ser igual al diámetro de la base del tronco, y el largo, unas 2/3 partes de la altura del árbol.

Para controlar el bonsái y darle la forma deseada, hay que podarlo regularmente. Poco a poco lo irás moldeando a tu gusto y tendrás la fortuna y satisfacción de contemplar las formas maravillosas que irá adoptando.