Beatriz Marron. Madrid. Noviembre es usualmente un mes frío en el que conviene suspender los riegos abundantes y verificar el buen funcionamento de los drenajes en las macetas. También resulta aconsejable abonarlas con sustrato nuevo para compensar las posibles pérdidas de tierra debido a la lluvia. Y hay que prestar especial atención a las numerosas plagas que encuentran un medio ideal en la tierra húmeda mientras esperan a la primavera.
Noviembre es también un mes en el que se hace necesario incrementar nuestro consumo de alimentos ricos en vitamina C con el fin de mejorar la recuperación y los síntomas de la gripe o el resfriado. Y en este sentido, nuestros mejores aliados son los cítricos que, como la mayoría de los árboles frutales más comunes, son perfectos para cultivar en maceta, además de ideales para decorar una terraza o un jardín. La belleza de sus hojas perennes y el aroma de sus flores, que desde la primavera perfuman el ambiente durante semanas, son sus principales atractivos ornamentales.
Al género de los cítricos pertenecen especies como las naranjas, los pomelos, las limas o los limoneros, y son plantas que necesitan una tierra de calidad y a ser posible abonada todo el año: en verano se recomienda la utilización de productos ricos en nitrógeno, mientras que los abonos de invierno deben tener microelementos; todo ello con el fin de evitar que la fruta caiga antes de estar madura.
El riego debe ser abundante desde la primavera hasta el otoño, y moderado en invierno. Las plantas deben preferentemente situarse en un lugar claro y soleado, soportan el sol directo aunque no las heladas, por lo que en invierno es preferible tenerlas en el interior.
En cuanto a la poda, los cítricos no necesitan una regular, pero si queremos mantener la forma de los árboles plantados en maceta hay que cortar los brotes nuevos a principio de la primavera para que crezcan frondosos.
En definitiva, los cítricos resultan siempre una opción acertada. Colocados en grandes macetas perfumarán el ambiente con efectividad, al tiempo que sus brillantes hojas proporcionarán una elegancia indiscutible al entorno.
Noviembre es también un mes en el que se hace necesario incrementar nuestro consumo de alimentos ricos en vitamina C con el fin de mejorar la recuperación y los síntomas de la gripe o el resfriado. Y en este sentido, nuestros mejores aliados son los cítricos que, como la mayoría de los árboles frutales más comunes, son perfectos para cultivar en maceta, además de ideales para decorar una terraza o un jardín. La belleza de sus hojas perennes y el aroma de sus flores, que desde la primavera perfuman el ambiente durante semanas, son sus principales atractivos ornamentales.
Al género de los cítricos pertenecen especies como las naranjas, los pomelos, las limas o los limoneros, y son plantas que necesitan una tierra de calidad y a ser posible abonada todo el año: en verano se recomienda la utilización de productos ricos en nitrógeno, mientras que los abonos de invierno deben tener microelementos; todo ello con el fin de evitar que la fruta caiga antes de estar madura.
El riego debe ser abundante desde la primavera hasta el otoño, y moderado en invierno. Las plantas deben preferentemente situarse en un lugar claro y soleado, soportan el sol directo aunque no las heladas, por lo que en invierno es preferible tenerlas en el interior.
En cuanto a la poda, los cítricos no necesitan una regular, pero si queremos mantener la forma de los árboles plantados en maceta hay que cortar los brotes nuevos a principio de la primavera para que crezcan frondosos.
En definitiva, los cítricos resultan siempre una opción acertada. Colocados en grandes macetas perfumarán el ambiente con efectividad, al tiempo que sus brillantes hojas proporcionarán una elegancia indiscutible al entorno.
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